La ilusion que trae el recuerdo

Habitante de mi sangre... Deseo. Tengo un desde entonces que no espero nada. Un día deje a la Esperanza agarrada de un árbol, la convencí que me esperara —volveré por ti espérame, te lo prometo—dije sabiendo de ante mano que estaba mintiendo. Corrí lejos de ella para ir detrás lo imposible, lo irónico, caray... cualquier situación o experiencia que pudiera darme pena y dolor para así poder un día recordar las viejas glorias. Tanto tiempo ha pasado que no tengo un fino recuento de los eventos sucedidos. Mi memoria solo me sirve a corto plazo. Recuerdo solo los planes que tengo, los objetivos que me trace y el propósito que ya estoy viviendo. Los anhelos que presiento y el abominable deseo que siento me hacen sentir vivo qué digo demasiado vivo. La carne y el hueso sienten, la mente se rinde y cae ilusionada, irremediablemente. El devenir se vuelve ese espacio-temporal heidergeriano suculento, dichoso... desein. Aquí no hay esperanza a ningún especie de futuro o a una hipótesis mundana. La ilusión es simplemente el principio de una trayectoria, una nueva senda que me lleve a un lugar. La ilusión es prácticamente el susurro del deseo. Y la voluntad es prácticamente el arma de fuego que me disparara al aire para cruzar el cielo y mar necesarios para poder culminar el deseo de ver tus sonrisa, agradecerte de nuevo las fuerzas que me has dado cuando no tenia nada.

Soy de emociones barbaras. Acepto que para la persona normal basica-ordinaria-mundana soy alguien detestable. La metafisica que me exalta, me excita... es difícil de explicar, y en todo caso no deseo dar explicaciones. La ilusión que trae el recuerdo de que hay un tiempo y lugar es mas que suficiente para impulsar una corriente de ideas, ponerme en otra frequencia para asi encontrar esa cuarta dimensión y volverme a marear en el anhelo. 

Applied Poetics 2.0